domingo, 25 de febrero de 2007

Tener un hijo, plantar un árbol, escribir un libro...

... y todo eso para qué?

El refrán árabe y título de la entrada (que alguna vez fue atribuído erroneamente a José Martí) encuentra propicias esas tres acciones como algo importante para hacer en la vida, pero analicémos...

Tener un hijo puede ser una de las cosas más lindas, y el proceso de su concepción pelea por liderar entre los primeros puestos del ranking de placeres. Pero... ¿y si te sale hincha de racing? ''lo ahogo en un balde'' diría un amigo... y yo, si pudiera saber con anticipación tal aberración, me haría asexual, o un aborto.

Plantar un árbol. Liberan oxígeno, dan sombra, a veces flores... bueno no tengo nada en contra de los amigos árboles, pero ¿escribir un libro? ¿el árabe no estaba al tanto del quilombo que implica hacer eso? Bueno, en realidad sólo dice que hay que escribirlo, pero es algo implícito su publicación y eso lleva a:

- definir su formato
- tipo de encuadernación
- realizar correcciones
- firmar contrato con la editoral
- llevar a cabo los trámites legales
- tener papis adinerados
- muchas cosas más

En fin.

En términos generales la frase se refiere a la perdurabilidad y no es algo que me interese mucho. De todas formas puedo decir orgullosamente que, hasta ahora:

No tengo hij@ pero sí ahijada
No planté un árbol pero alguna vez he regado alguno
No escribí un libro pero me hice un blog...

Bueno... estoy cerca, no?

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