sábado, 19 de mayo de 2007
Mediodía en el centro
Algunos caminan cabizbajos, hablando, o enviando mensajes de texto por celular. Otros se mueven al ritmo de un conjunto de sonidos monótonos, dentro de un disfraz de empanada. El semáforo se vuelve rojo. Carteles móviles arremeten contra automovilistas, quienes a la espera de la luz verde, fuman, acomodan el espejo retrovisor, introducen su dedo en el orificio de la facción saliente del rostro, o simplemente esperan. Los carteles se corren dando paso a los autos. Una mujer pierde su elegancia al pronunciar en voz alta, palabras que descargan el malestar de tener que cruzar la avenida con la impuntualidad a cuestas. Suspira. Su mirada se aparta de la 9 de julio y se pierde en el monumento fálico que conocemos como obelisco. El mismo color. A un costado, chicos corriendo palomas bajo las atentas y cansadas miradas de sus padres. Él, que también espera la señal de avance, saca la mano del bolsillo para ver la hora. Observa alrededor y fija su mirada en ella. Amarillo. Ella aparta su vista del adorno más conocido de Buenos Aires, para girar su cabeza y descubrir esos penetrantes ojos marrones. Se gustan. Rojo. Se sonrien. Y mientras los carteles nuevamente intentan subyugar posibles consumidores, ella agacha su cabeza y vuelve a caminar apurada. El inmóbil, la ve alejarse para siempre.
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2 comentarios:
Muy lindo
se agradece :)
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